¿Qué hacer cuando las cosas no me salen?

 La manera de revertir tu situación y hacer que las cosas sucedan.

Cuántas veces te preguntas ¿por qué no me sale? ¿Cómo hago para lograrlo? Y finalmente afirmas: ¡Ya no sé qué hacer!

Probaste un millón de posibilidades y sigues sin tener esos resultados que tanto esperas. Miras alrededor y puedes observar que otras personas lo hacen de una manera natural, sin esfuerzo. ¡Tan fácil!

Hasta que llega un punto que te rindes, abandonas todos esos intentos, casi desesperados porque crees que ya no puedes, piensas que tal vez es  tu destino o, eso que querías, quizás, no era para vos.

Pero te cuento, que al final del túnel hay una luz de esperanza y a pesar de esos intentos fallidos, puedes encontrar todo lo que te propones. ¿Será fácil? No lo sé. Hasta me atrevo a decirte que será largo y difícil…. Pero si sigues algunas de estas  pautas tienes muchas más posibilidades de llegar a la meta.

A mí me pasó siempre, y en todos los aspectos de la vida. En el deporte, la profesión, la familia. En este preciso momento quiero rescatar algún ejemplo y se me vienen a la cabeza muchos… Cómo pasé de ser una eterna suplente en vóley a una titular indiscutida con sólo 157 cm de altura,  de qué manera logré entrar al staff de profesores a la colonia de Siderar luego de un selectivo de más de 200 inscriptos, el día que me contrataron para ser maestra de grado en una escuela primaria, cuando me ofrecieron ser profe de vóley en el club Regatas, cuando luego de varios años de intentos tuve a mi bebé, iniciar la carrera de coaching, comprar mi casa, escribir un libro, ser parte del Simposio Internacional del Grupo de Estudio 757 realizado en la ciudad de Rosario, ingresar en el profesorado de Educación Física de San Nicolás como profe de cátedra…

 

Me voy a quedar con  éste último ejemplo, el día que me ofrecen ser profesora de Didáctica de Nivel Inicial y Primario en el profesorado de Educación Física.

Hace tres o cuatro años, descubro en los clasificados del diario local que se abriría el profesorado de Educación Física  y solicitaban docentes para enseñar en esa institución. Ser profesora de un terciario fue algo que siempre me gustó y quise hacer. Así que, junto con mi pareja (también  profe), mandamos de inmediato el currículum. Yo estaba muy segura, porque mi currículum “era muy jugoso”, desde los 19 años que trabajaba en la docencia, innumerables títulos y hacía 8 años  me encontraba como vicedirectora de una escuela primaria. Así que tenía muchas, pero muchas chances.

En fin, para resumirles la historia, el que consigue el puesto es mi marido y yo me quedo con el sabor amargo… De todos modos, lo disfruté de afuera, porque pude vivenciar cómo mi pareja iba construyendo ese recorrido y mi actitud fue de alegría y disfrute, acompañándolo y aportando en un rol más que secundario.

Ese año yo estaba terminando la carrera de coaching y para lograr certificar debía realizar  una  tesina: mi proyecto era escribir un libro  “Tips para el entrenador”. Y se me ocurrió que le podía  ser de gran ayuda a los estudiantes del profesorado de Educación  Física, así que con autorización de la directora del instituto, les conté de qué se trataba y cómo los podía guiar como entrenadores y mejorar a pesar de las condiciones adversas.

Y acá viene la parte más asombrosa, porque mi intención sólo fue presentar el libro, que lo conocieran y, si tenía suerte, vender algunos ejemplares. Al terminar mi exposición, mientras guardaba mis pertenencias,  la directora que había presenciado la charla, me consulta si me interesaba dictar una materia para el próximo año: Didáctica de Educación Física en Nivel Inicial y Primario. Mi corazón casi estalla de la alegría. Inmediatamente acepté  ese ofrecimiento. Actualmente estoy transitando el segundo año con pleno orgullo y satisfacción.

 

Me imagino que se estarán preguntando, muy linda historia, pero cómo hago yo para que se me cumplan mis propios deseos.

Te cuento, que no hay una técnica paso a paso que se debe cumplir tipo receta de tortas. Sino, que hay actitudes y acciones, que si se aplican de manera integrada y constante, se llega al resultado esperado.

En primer lugar, me gustaría compartir algunos principios a tener en cuenta y que son válidos para nuestra meta:

-Nada es casualidad: todo lo que logramos hoy es el producto de las decisiones y acciones de nuestro pasado. También lo podemos analizar de la siguiente manera: todas las decisiones o acciones que tomamos ahora será el producto o resultado de nuestro futuro. No fue casual que me contrataran para dar clases en el profesorado de educación física. Fue un trabajo arduo y de muchos años de estudio, trabajo y dedicación. Desde ser profe de educación física, seguir capacitándome, enviar un curriculum, buscar alternativas como formarme en coaching ontológico profesional, escribir un libro, pasar la vergüenza de mi vida y atreverme a presentarlo en el profesorado. Todo me generó estrés, mucho trabajo, errores y una vergüenza inmensa. Pero a pesar de todo eso, respiré hondo y le di para delante.

-La mala suerte no existe: pasa lo mismo que la casualidad, no existe. Todo depende de vos. Puede haber ciertas circunstancias que favorezcan o perjudique la situación, pero todo de pende de la actitud de cada uno. Hace poquito publiqué en el blog un artículo especial sobre esto de la mala suerte, lo puedes consultar.

-Todo lo que hacemos (o no hacemos)  tiene consecuencia: nuestras acciones o inacciones será lo que defina nuestro futuro.  Confieso que me tomé un año sabático. Un año sabático para mí era trabajar un solo turno de maestra. Y nada más. Me dediqué a leer muchos libros, arreglar mi casa y descansar.  ¿Tuvo consecuencias? Por supuesto que sí. Yo las he medido como muy positivas, ya que me permitió tomar impulso para comenzar nuevos desafíos. Así que ten en cuenta que siempre, siempre hay consecuencias.

– Todo lo que pensamos o decimos influye en nuestro accionar y por consecuencia en nuestros resultados. Cada pensamiento, cada palabra que emitimos nos predispone para la acción. No es lo mismo pensar “jamás voy a lograrlo, esto es imposible”, que decir que preguntarse “¿será imposible?¿Se podrá lograr? ¿Cómo lo podré lograr? ¿Qué necesitaré?¿Con qué puedo empezar?

-Lo que doy recibo. Imagínate un espejo. La vida te devuelve lo que reflejas. Si das alegría, recibirás alegría. Si das abundancia, recibirás abundancia. Si todo el día te quejas y reniegas, recibirás eso. Si eres buen amigo, la vida te premiará con amigos geniales. Si a todo les pones piedras en el camino, recibirás miles de problemas.

 

Una vez aclarado algunos de los principios esenciales, ahora sí comparto estas claves a tener en cuenta  cuando las cosas no te salen.

-Definir lo que quieres conseguir o deseas: generalmente vivimos esta vida en piloto automático. Vamos de rutina a otra sin cuestionarnos nada. Es un buen momento para hacer “un parate” y definir aquello que queremos conseguir. De cualquier ámbito de la vida. Un viaje, un estudio, algo relacionado con lo familiar o material, profesional,  lo que sea.  Pero define de una vez por todas qué quieres. Hazte una lista. No podemos andar como zombie en la ciudad. Tenemos la obligación, por nosotros mismos, de  pasarla lo mejor posible. Y encima, las personas que nos rodean, nos lo agradecerán.

Piensa qué hiciste hasta hora. Una vez que ya sabes lo que quieres ser, hacer o tener, piensa qué acciones concretas hiciste hasta el momento. Si aún no hiciste nada ¡empieza ya! Si hiciste algunas o muy pocas anótalas, te servirán para el próximo punto.

Mide qué resultados obtuviste. Toma el listado del punto anterior y analiza qué resultados conseguiste hasta el momento. Por ejemplo, si tu deseo es viajar a una playa paradisíaca y hasta la fecha las acciones realizadas fueron buscar el precio de vuelos, envidiar al vecino que lo logró y quejarse que está carísimo, ¡Muy bien! Comenzaste esta carrera para conseguirlo. Ahora ya sabes que esas acciones o actitudes no te llevan a ese viaje.

-Valora los resultados que has logrado hasta ahora. Debes reconocer que hay algo que has hecho bien. Siguiendo con el ejemplo anterior, ya sabes a dónde quieres viajar, averiguaste que sale carísimo, que tu vecino ya fue y la pasó genial.

Elimina todo tipo de pensamiento, actitud o palabras negativas, como la queja, envidia, crítica, postergación, rechazo, etc. Esta sugerencia aplica a todas las áreas de tu vida. Erradica por completo toda la negatividad. Porque, como nombré anteriormente, el espejo te devuelve lo que das ¡y lo peor es que no conseguirás lo que deseas!

Busca a un mentor, alguien que lo haya conseguido y pregúntale cómo lo hizo. Toma nota de todo lo que indica y comienza a aplicar las que sean más adecuadas a tu situación. ¿Tu vecino ya viajo a esa playa soñada y le fue fantástico? ¡Eso, es  una buena noticia para vos! Ahora le puedes preguntar absolutamente todo. Seguramente él te ayudará a que tu viaje sea un éxito. Te recomendará las mejores playas, dónde comer, zonas económicas, qué barrios son peligrosos que serían conveniente evitar, qué medios de transporte utilizar y todos esos pormenores que sólo una persona que haya estado allí te puede asesorar. Usa las redes sociales. En Facebook hay grupos de viajeros que te anticipan todo, también hay foros, artículos con comentarios. Este ejemplo se hace extensivo a todas las temáticas: deportes, entrenamiento, preparación física, nutrición, etc.

Capacítate permanentemente. No solamente sobre lo que quieres lograr, sino otras habilidades o destrezas que te enriquecerán como persona. Por ejemplo, comenzar un hobbie, estudiar idioma, hacer un deporte que nunca lo hayas practicado, realizar talleres relacionado con tecnología.

Piensa diferentes alternativas, realiza otras acciones que antes no hayas contemplado. La frase de Einstein que uso siempre: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Buscando  nuevos caminos, otros atajos, camino corto, camino largo, prueba un millón de cosas. No te quedes con los mismos recursos, porque ya los probaste y no te dieron resultados.

Esto de ir logrando los objetivos también es cuestión de práctica. Al principio cometes errores, no sabes cómo ni por dónde empezar, emprendes el camino y tienes dudas si realmente lo conseguirás.

Mi caballito de batalla para tomar cada decisión es ¿qué es lo peor que te puede pasar?

Ahora te invito a que vos respondas esa pregunta, cada vez que veas piedras en el camino, es decir cuando las cosas no te salen.

¡Éxitos!

 

 

 

 

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *